junio 07, 2009

Cuando el sistema te absorbe

oViernes 5 de Junio 3:00 am

Estoy completamente bloqueado, tengo 4 días tratando de escribir algo y cada que empiezo una nueva linea al poner punto y aparte me arrepiento, la borro al darme cuenta de que no me gustó el resultado. Afortunadamente ya quedaron atrás los tiempos de las maquinas de escribir, si no ya hubiera gastado varios cientos de hojas en mis intentos por hacer una nueva entrada.

No es que no tenga ideas, tal vez tenga demasiadas, solo que no logro desarrollarlas ni expresarlas de la manera que quiero, que necesito o a decir verdad me ha llegado a dar flojera desarrollarlas. La flojera y apatía de lo cotidiano y rutinario del trabajo me han atrapado con sus garras mortíferas para convertirme un un zombie burócrata mas.

Tal parece que el sistema me absorbió y me acabo de dar cuenta. Me he convertido en un burócrata mas que trabaja para el gobierno pendiente solo de sus días de pago y los días festivos y no me agrada nada. Me veo al espejo y aunque físicamente debo admitir que me agrada lo que veo (las clases de salsa y las citas con la gordologa han funcionado 1000%) se que me estoy volviendo justo el tipo de personaje que siempre había criticado en el trabajo.

¡Digo! tampoco es que me haya vuelto el monstruoso-apático-mal encarado- de la ventanilla de informes que maltrata a todo los pacientes y familiares pero si he caído en la inercia. Estas dos últimas semanas no he disfrutado el ir a trabajar día con día (a excepción del día en que abusé de mi poder y autoridad pero esa es otra historia) y creo que mis compañeros se han dado cuenta (ayer me preguntaron 3 veces por que tenia el entrecejo fruncido).

"No eres el mismo, siempre saltando de un lado a otro y de pronto ni hablas a la hora de la comida" me dijo una amiga a la que respondí que estaba tal y como todos los días. Pero es ahora mientras escribo estas lineas y veo en retrospectiva que efectivamente mis ánimos se han mermado aunque no lo suficiente como para no enderezar el camino.

Domingo 7 de Junio 5:00 pm

¡Vaya! he vuelto a saltar de un lado a otro y no quiero echarle las culpa a la botella del Cabernet Sauvignon que tomamos en la piscina mis amigas y yo pero en algo ha de haber ayudado. Final de fin de semana y con pilas cargadas para iniciar una jornada laboral mas mañana. Después de mil meditaciones y especulaciones llegamos a la conclusión de cual era la receta para este hastío laboral comunitario y es que al expresar mis sentimientos en la oficina descubrí que no era el único así que con un par de botellas de vino decidimos pasar un día de sol, piscina y descanso en el club. El alcohol ayudó al desfogue de sentimientos, el nado a sacudir el estres y el chisme que echamos del nuevo romance prohibido en el departamento de finanzas pues ... ese solo fue solo por puro gusto.

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