septiembre 19, 2011

Ni yo soy Richard Gere, ni esto es Pretty Man

Pues ni yo soy Richard Gere ni él Julia Roberts. Trabaja de stripper y aunque a primera vista no me gustó parece que hace bien su trabajo, un poco de adulación al oído y al día siguiente ahí estaba yo otra vez esperando a verlo.

¿Que pretendía yo? Tenía bien claro que a eso se dedicaba sin embargo supongo que en el fondo quería creer que en realidad si le gustaba. La noche anterior me dijo el mejor piropo que en mucho tiempo alguien me haya dicho "para mi estás bien cogible".

Ni siquiera era el que mas me llamaba la atención de los 15 chicos que andaban casi encuerados por el bar, pero su insistencia en irme a ver y repetirme lo mismo me hizo caer. Ya lo comenzaba a ver con buenos ojos. Y tomándome de la cintura y haciéndome un último baile que finalizo con un beso apenas y rozando los labios me hizo prometer volver al día siguiente.

Ahí estaba yo de nuevo, viendo como bailaba y se desvestía ante todos, atento a cuantos pagaban por un privado con él y preguntándome a cuantos de ellos les habría dicho lo mismo. Por fin llegó mi turno, se acerco a mi mesa me tomo de la mano y me dijo "este es de cortesía".

-¿Que puedo hacer? - con mi ton teto de provincia le pregunté en el privado
-Por ser tu lo que quieras

Y así fue. Hice lo que quise, 15 minutos de frenesí en un cuarto privado mientras afuera se escuchaba al animador del lugar anunciando el siguiente chico de la noche y otros mas haciendo fila para pasar al siguiente cuarto desocupado.

-No olvides que estoy trabajando- Y al ver mi expresión confusa continuó- digo que si quieres poner un billete extra no estaría mal.

Tenía razón ¿En que estaba yo pensando?. Antes de salir le puse el billete mientras se subía el bóxer acariciando una vez mas su pelvis y su trasero duro como roca pero a la vez suave y delicioso.

Ya no lo volví a ver el resto de la noche, entre las mesas lo perdí de vista. ¿Lo disfruté? Muchísimo y tal vez si hubiera tenido suficiente dinero lo habría pedido para mi toda la noche.

Me aferro a la ilusión de que fue cierto lo que dijo, que solo por ser yo haríamos cualquier cosa. Y si no fue así queda claro entonces que sabe hacer bien su trabajo. No es que me haya enamorado del puto stripper, más bien me agradó creer que podía despertar ese gusto en alguien a que seguramente lo que le sobran son señores que le ofrecen manutención.

¿Que si yo sacaría a un stripper de trabajar? No, si yo estoy para que me saquen de trabajar a mi ¡faltaba mas!

Que mas dá, real o no lo que me haya dicho la verdad es que me encantó y lo volvería a hacer con mucho gusto ¿Por que? Pues nada mas vean algunos de los chicos de quien hablo