Y así después de casi 4 meses de haber comprados los boletos de avión por fin llegó el día en que por fin nos fuimos a tomar unas merecidas vacaciones y miren que amo el caribe mexicano pero esta ocasión el viaje fu especial. Mas allá de las playas de arenas blanca, los tragos ilimitados, el jacuzzi en la habitación y los cuerpos por los que babeaba en la playa lo mejor de todo fue la compañía.
El hecho de haber podido realizar este viaje con mi mejor amiga convirtió a la experiencia en inolvidable. Nos conocemos desde hace 12 años y quien nos conociera por separado no creería lo bien que nos llevamos al ser tan diferentes. No somos almas gemelas pero si complementarias siempre bromeamos.
Yo soy un atacado, controlador y desesperado. Ella es "a la ahí se va". Con el tiempo he aprendido que con ella los itinerarios no van. No he aprendido a controlar mis ataques de ansia cuando por ejemplo veo que faltan 5 minutos para abordar el avión y ella aun no ha llegado pero si he logrado disimularlos muy bien y al final quien se divierte mas con mis ataques de histeria es ella.
Fueron 4 días de locura y diversión y el saldo final seria: Un par de kilos mas por culpa de la cerveza ilimitada (valió madres la mega dieta que había hecho), un coral dañado mientras snorkeleabamos y bendito Dios nadie se dio cuenta si no ahí nos hubiéramos quedado encarcelados por daños a la nación, un par de sandalias carisimas perdidas en una fiesta en la playa la última noche.
Pero no todo fue perdidas, de hecho ganamos mucho mas de lo que perdimos: Nuevas amistades, Cuerpos bronceadisimos (mas no quemados), Muchas fotos, diversión, relajación y ganas de volver pero ahora con todos los demás amigos.
Llegamos a la conclusión de que un par de días mas y hubiéramos necesitados vacaciones de las vacaciones. ¡Vaya! Les cuento que ahora que regresé a trabajar hasta bonito veo a mis compañeros y eso quiere decir que las vacaciones si funcionaron.