En la boca no porque me enamoro
Así decía Eduardo Palomo (Que Dios tenga en su santa gloria a Juan del Diablo) en Crónica de un desayuno, película donde termina buscando en la calle su propio pene que le había sido mochado al más puro estilo de John Wayne Bobbitt yLorena Leonor Bobbitt.
A mi amigo Henry lo besaron en la boca y se enamoró. Lo veía feliz las primeras semanas hasta que un día desesperado me confiesa justo antes de entrar al cine que en dos meses de noviazgo que lleva aun no ha tenido relaciones sexuales. Y para Henry eso era ya un martirio, de mil formas le insinuaba a su pareja de sus intensas ganas de estar con él pero nunca obtenía los resultados esperados. Por respuesta siempre obtenía pretextos.
Aunque soy de la forma de pensar de que el sexo no lo es todo en una relación si bien es cierto que si es una parte importante. Nos pasamos horas y horas analizando porque reaccionaba de esta forma. Nunca llegamos a una conclusión.
Después de una discusión entre ellos a manera de reconciliación por fin llega el esperado momento. Henry pensó que tanto esperar iba a valer la pena, que el día en que por fin tuvieran relaciones seria fuegos artificiales, placer en su máxima potencia. Pero fue gran decepción la que se llevó. A decir de Henry las más aburridas de toda su vida, no disfrutó nada. No hubo sorpresas, no hubo sonidos, no hubo pasión. Si fue tedioso, insufrible, falto de ganas.
Hoy en día ya no andan. La relación trono como chinampina y no por la falta de afinidad sexual sino por los celos enfermizos de Pedro.
Por más que intento obtener una moraleja de esta desdichada historia de Henry no logro conseguir una.
Hoy es el día...
Hace 4 años